domingo, 11 de agosto de 2013

Salinger / Zonas oscuras

Las zonas oscuras de J.D. Salinger 

salen a la luz en una biografía “definitiva”


El libro será publicado por Seix Barral en España

El texto aborda los misterios de la vida de uno de los autores más icónicos del siglo XX

Los autores han recogido 200 testimonios del círculo más íntimo del escritor


J. D. Salinger

¿Por qué J.D. Salinger vivió durante décadas en el silencio más absoluto y no dio declaraciones? ¿Siguió escribiendo el autor de El guardián entre el centeno, uno de los libros más icónicos y controvertidos de la literatura estadounidense del siglo XX? ¿De qué manera le afectó la II Guerra Mundial? ¿Y el hecho de que su novela fuera una obsesión para el asesino de John Lennon o para John Hinckley, Jr., quien intentó terminar con la vida del presidente Ronald Reagan en 1981?  La biografía The private war of J.D. Salinger que publicará Seix Barral en España dará respuesta a todas estas preguntas, según la editora Elena Ramírez, quien tuvo acceso al texto en una cámara secreta de las oficinas de Simon & Shuster en Nueva York, la editorial que se hizo con la publicación del libro en Estados Unidos. La fecha exacta de su salida en España dependerá del estreno del documental que forma parte del proyecto, asegura Seix Barral.
Seix Barral ha afirmado que esta es la primera biografía "definitiva" sobre el escritor y que su elaboración se ha convertido en el mayor proyecto cultural global de los últimos tiempos. Los autores Shane Salerno y David Shields han invertido ocho años y dos millones de dólares de sus propios bolsillos para recopilar los testimonios de 200 personas del círculo más íntimo de Salinger repartidos por los cinco continentes: compañeros de guerra, amigos de la infancia, amistades del escritor por más de 40 años... Unas 750 páginas diseccionan los 15.000 folios de entrevistas. Además, hay 167 fotografías jamás vistas, diarios, cartas y otros documentos que han sido inéditos hasta hoy.
La pugna por los derechos y una extremada cautela han rodeado la aparición de una biografía que verá la luz en Estados Unidos el 3 de septiembre, tres días antes de que lo haga la película. La obra fue comprada simultáneamente por The Weinstein Company, Simon & Shuster y la compañía de televisión PBS American Masters en absoluto secreto y por cifras de siete dígitos, antes de que nadie más pudiese tener acceso al libro.
Además de las entrevistas con los amigos de Salinger, en The private war of J.D. Salinger se encuentran las declaraciones de Philip Roth, John Updike, Gore Vidal, Norman Mailer, Ernest Hemingway, Truman Capote, Danny DeVito, William Faulkner o E.L. Doctorow, entre otros.
El editor de Simon & Shuster, Jofie Ferrari-Adler, ha afirmado que tanto libro como película "indagan en el precio del arte y el precio de la guerra". Ferrari-Adler considera que The private war of J.D. Salingertrasciende la biografía literaria "para investigar la historia más amplia del legado de la II Guerra Mundial".
Jerome David Salinger (1919-2010) comenzó escribiendo relatos cortos cuando estaba en la escuela secundaria. Tras la publicación en 1951 de El guardián entre el centeno, alcanzó una enorme popularidad. Su retrato de Holden Caulfield, un adolescente que se encuentra alienado, y del proceso que acompaña al final de la inocencia,  ha capturado la imaginación de generaciones y continúa estando entre los títulos favoritos de los más jóvenes. Se han vendido más de 120 millones de ejemplares en todo el mundo. Pero el escritor intentó escapar de la atención que su figura despertaba y se fue aislando cada vez con mayor energía, mientras su literatura aparecía gota a gota. Publicó Nueve cuentos, Franny y Zooey, Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour.



Cultura |1 Ago 2013 - 10:00 pm

Biografía de J.D. Salinger, en septiembre

Escribir para sí mismo

Ese mes también saldrá un documental sobre la vida del autor de ‘El guardián en el centeno’. ¿Por qué resulta atrayente su personalidad tanto como su obra?

Por: Juan David Torres Duarte
J.D. Salinger publicó, además de ‘El guardián en el centeno’, el libro ‘Nueve cuentos’.  / Lotte Jacobi, 1950
J.D. Salinger publicó, además de ‘El guardián en el centeno’, el libro ‘Nueve cuentos’. / Lotte Jacobi, 1950
Jerome David Salinger desapareció de la escena pública en 1965. De allí en adelante, salvo algunas intervenciones legales que sonaron en los medios, salvo las declaraciones de algunos vecinos y las intimidades que fueron conocidas a través de sus misivas, J.D. Salinger no fue visto más que por ciertas personas. ¿Por qué, se preguntaban, por qué un hombre con su reputación literaria, luego del inacabable éxito de su novela El guardián en el centeno, censurada y leída en secreto, prefiere recluirse en su hogar, no dar una sola entrevista, perderse incluso de la vista de los estudiantes a quienes antes solía permitir la entrada? ¿Qué hacía ese hombre de repente silencioso? ¿Seguía escribiendo?
Las preguntas siguen vigentes. Y se ha sabido, poco a poco, qué hacía durante los días de ocultamiento. Pero son apenas pequeños datos, no muy seguros. Un vecino, por ejemplo, dos días después de que Salinger muriera por causas naturales, declaró a The Telegraph que había escrito quince novelas y que estaban en su casa. Salinger, años atrás, había dicho que trabajaba “en un libro de ficción”. No refirió título alguno, ni personajes, nada. Lo había hecho antes, a finales de los años cuarenta, cuando comenzó a escribir El guardián en el centeno. Por ese entonces, Salinger era apenas un escritor que iniciaba su carrera y que enviaba cuentos y poemas a The New Yorker; recibía, las más de las veces, cartas de rechazo.
El entusiasmo, al parecer, lo embargó. En 1951, cuando la novela fue publicada, ya muchos sabían de qué se trataba y cuáles habían sido los planes de Salinger. Sabían, entre otras cosas, que el personaje de ese libro, Holden Caulfield, era también protagonista de uno de sus cuentos. En las cartas que Salinger intercambió con Ernest Hemingway, habla de ello: dice que ha tejido las primeras páginas de la novela, que tendrá a ese personaje como eje. Se lo veía entusiasmado, hablando con estudiantes y enviando con insistencia su trabajo a revistas para que fuera publicado.
Y de modo paulatino, como quien ve una vela derretirse, Salinger se alejó más y más de todo eso que había buscado en principio. Se alejó de las grabadoras, de los periodistas, de las editoriales. Su último libro, Raise High the Roof Beam, Carpenters and Seymour: An Introduction, fue publicado en 1963; a partir de allí su reputación se basaría en su mito. El guardián en el centeno, para 2004, vendía cerca de 250.000 copias anuales en Estados Unidos. Y sigue vendiéndolas. Pero a J.D. Salinger ya no le interesaba, quizá, nada de eso. “Existe una maravillosa paz al no publicar (...) —dijo—. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo, para mi propio placer”.
¿Cómo, se preguntaron todos sus adeptos, cómo se transformó casi en un asceta? ¿Qué había vivido J.D. Salinger? ¿Por qué de repente su vida se tornó tan oscura?
Y fueron encontrando respuestas a medias. Cada intento biográfico —como Dream Catcher, escrito por su hija, Margaret Salinger, o In Search of J.D. Salinger: A Writing Life (1935-65)— resultaba sólo una pintura maltratada de su persona. Salinger anulaba, a través de sus abogados, cualquier posibilidad de hurgar en su vida privada. ¿Para qué? ¿Qué necesidad había de saber qué pensaba, qué hacía, cuál había sido su vida? J.D. Salinger se entregó a escribir por el sólo hecho de escribir. Él era, en sí mismo, su propia literatura.
Una biografía y un documental —The Private War of J.D. Salinger, de Shane Salerno y David Shields, y Salinger—, que serán lanzados en septiembre, buscan ahora arrojar luces sobre su personalidad, plena de especulaciones: dicen que sufrió vejámenes en la guerra, que vio horrores, que en los campos de concentración a los que asistió en Alemania y las veces que estuvo en el frente de batalla cambiaron su voluntad y su carácter. “Tú nunca pierdes de tu cuerpo el olor a carne quemada, no importa cuánto vivas”, dicen que dijo.
Quizá esta vez lograrán captar algo. Los autores de la biografía entrevistaron a cerca de 200 personas, tienen 15.000 folios de entrevistas y 167 fotografías inéditas del autor, de quien se conocen poquísimos retratos de juventud o vejez. En esos 15.000 folios quizá haya una respuesta, o en las respuestas de Philip Roth, John Updike, Gore Vidal, Norman Mailer o Ernest Hemingway, cuyos testimonios sobre Salinger encontraron en archivos o a través de entrevistas personales. Ciertos datos, ya conocidos, estarán allí: que de pequeño asistió a una escuela militar en Pensilvania y fue calificado como “mediocre”; que prefería que lo llamaran Jerry en la escuela; que quiso ser actor y su padre poco lo apoyó; que el primer cuento que The New Yorker le iba a publicar nunca llegó a la imprenta porque comenzó la Segunda Guerra Mundial; que Hemingway, al leer sus textos, dijo: “Jesús, tiene un tremendo talento”; que la mayor parte de su vida estuvo interesado en el budismo y el zen, y los hizo parte de su vida, de algún modo, cuando desapareció de la vista de todos.
Hasta ahora podrían llenarse páginas y páginas con el relato de la imposibilidad de encontrar datos certeros sobre la vida de Salinger. ¿Cuánto de todo lo que contó en sus libros hace parte de su propia experiencia? ¿Extrapoló lo que había sentido y lo volvió parte de sus personajes? ¿Qué vio? ¿Qué sintió? ¿Qué pensaba del amor y qué de la guerra? ¿Cómo escribía, cuántas horas dedicaba al día? ¿Por qué gustaba de Kafka y Tolstói y Proust y Lorca y Keats? ¿Dónde están las novelas que jamás publicó, si es que las escribió? ¿Guardadas en una caja fuerte, como sugiere el tráiler del documental? ¿Seguía interesado en la ficción? ¿Estarán marcadas con color azul (el signo que ponía para que fueran editadas y publicadas) o con color rojo (para que fueran impresas de inmediato)?
 Aislado de todos, quizá Salinger sabía que se harían esas preguntas. Y jamás se interesó en responder.

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